Aproximadamente en el año 3.500 antes de Cristo el comercio era una de las actividades más relevantes, especialmente en todo lo referente al intercambio de los productos. Debido a esta evolución en dicha comercialización, el pueblo egipcio se vio forzado a medir (su masa) esos productos destinados a la venta
Por esta razón, el surgimiento de un nuevo instrumento que colaborara en este aspecto resultaba esencial. Estos son los inicios de la historia de la balanza egipcia. Este tipo de instrumento primitivo de medición consistía de una columna con un astil atado con una cuerda en cuyos extremos, a su vez,se sostenían unas bandejas mediante otras cuerdas. En dichas bandejas era donde se colocaban, por un lado, la mercancía que se quería masar y, por el otro, una pesa de un valor que debía ser convenido.
Con el transcurso de los años, los egipcios fueron paulatinamente modificando su invento, por lo cual ya cerca del 1.500 agregaron una plomada que permitía verificar si el instrumento en sí se encontraba o no nivelado según los requerimientos.
Los romanos también se permitieron crear su propio sistema de medición de la masa, mientras los egipcios se enriquecían con su propio invento porque lo perfeccionaban continuamente.
De hecho, a la plomada luego le sumaron una aguja – más popularmente conocida como fiel – que indica el equilibrio entre los platos del operador de medición, que además es el momento exacto para el realizar el cálculo de la masa.
Pero la civilización romana, como ya adelantábamos, no se quedó atrás. Cerca del año 200 a.C. lograron darle forma a lo que luego se conoció como romana de gancho. La historia de la balanza creció y dicho instrumento fue ampliamente difundido durante el imperio.
Su sistema es el siguiente: la romana de gancho tiene un astil pero de constitución asimétrica. Desde su extremo de menor longitud se puede colgar un gancho. En dicho gancho debe colgarse la mercancía, y posteriormente se perfeccionaría el invento gracias al agregado de un plato. Por otro lado, desde el extremo más largo se desliza un peso fijo, que además tiene que ser dentado y graduado. Tan importante sería esta creación de los romanos, que se constituiría en el perfecto
antecedente de las llamadas básculas de plataforma, las cuales se utilizan debido a que su resistencia les permite soportar grandes masas.
Evolución de las balanzas
Los egipcios y los romanos no fueron los únicos en aportar su grano en la historia de la
balanza y los instrumentos medidores de peso.
Da Vinci, por ejemplo, fue otro exponente de la colaboración en este aspecto. En el siglo XV configuró una balanza con escala. Asimismo, se apartó de otros inventos porque el suyo indicaba la masa del producto en dicho cuadrante, que además tenía una forma semicircular. Por esta razón es que se la considera como la primera
herramienta de medición de automática.
También los estudiosos de las matemáticas se permitieron contribuir con sus propias creaciones. Tal fue el caso de Gilles de Roberval, quien llevó adelante un novedoso sistema de astiles que se acoplaban de manera paralela, que parece desafiar el principio de la palanca que rige las balanzas, permite a los platillos situados en un punto equidistante del apoyo, mantenerse en un plano de horizontalidad sin que la posición ó el desplazamiento de los pesos en ellos afecte la precisión.
Más tarde surgió la báscula, utilizada cuando lo que se quiere masar
son masas sumamente grandes y de volumen más que notorio. Como todo
desarrollo, el de los instrumentos de masar también ha sido vertiginoso y ha ido entregando al mercado diferentes tipos de balanza según el ámbito o el uso que se les quiera dar. Un ejemplo claro de esto es el pasaje que se ha hecho de aquellos modelos más tradicionales (considerados un poco obsoletos en términos de demanda del usuario) a los modelos que funcionan a partir de un sistema esencialmente mecánico, cuya lectura resulta directa y precisa, como el utilizado en los comercios tradicionales.
Otro tipo de balanza es la que se emplea cuando lo que se quieren medir son pequeñas cantidades de una determinada sustancia o material, como el caso de las balanzas de laboratorio y analíticas. El rasgo que las definen es el de la precisión, junto con el de la alta resolución. En cuanto a la constitución de este modelo, posee unos platillos fabricados en acero inoxidable y una función de tara que podrá ser activada siempre que así se lo necesite. Por otra parte, cualquiera sea el subtipo de este modelo de balanzas, todas ellas tienen consigo un certificado de calibración, que puede ser sometido a verificación cuando se lo requiera.
Estos aparatos destinados a los laboratorios tienen un rango que opera en miligramos
y cuentan con un dispositivo de calibración que opera de manera automática y que
se encuentra en la parte interna del equipo de medición. Algunas de ellas pueden conectarse a un PC por medio de un software.
Otro tipo de balanza que es sumamente utilizada es la de cocina. Se las coloca en los hogares y resultan muy prácticas cuando se busca masar alimentos . Entre las ventajas más destacables es que su manejo es sumamente sencillo. Dependiendo del modelo, el alcance de las mismas varía, en general llegan hasta 5,0 Kg y supreciación es de 25,0 g.
Fuente: https://studylib.es/doc/4763006/historia-de-la-balanza